Silicon Valley, sede de las principales empresas de Internet, es y ha sido un sólido bastión demócrata. Diversos empleados de las 20 empresas líderes en el sector informático de California donaron al presidente durante la campaña electoral de 2008 un total de 1,4 millones de dólares (un millón de euros al cambio actual), frente a los 267.000 dólares (122.000 euros) que le concedieron a su contrincante, el republicano John McCain, según la organización Center for Responsive Politics.
Obama, sin embargo, no acudió el jueves a San Francisco a recaudar fondos de cara a las elecciones de 2012. Se sentó a la mesa con los líderes de las empresas que controlan la Red dentro y fuera de EE UU, y les pidió ideas para consolidar su posición de dominio comercial en la escena internacional, con "el objetivo de duplicar las exportaciones en los próximos cinco años y apoyar millones de puestos de trabajo en EE UU", según explicó el secretario de Prensa, Jay Carney, tras el encuentro. También discutió sus "propuestas de inversión en investigación y desarrollo y para aumentar los incentivos a las empresas para crecer y contratar", y "la importancia de nuevas inversiones en educación".
Fue una reunión que no se da a menudo, un encuentro tan especial que Jobs, el fundador de Apple, abandonó momentáneamente el retiro que se había impuesto el 17 de enero para centrarse en el tratamiento a sus problemas de salud. Hubo, es cierto, algunas ausencias no explicadas por la Casa Blanca, como la de alguien de Microsoft, en un encuentro que también buscaba la reconciliación con la comunidad empresarial estadounidense, tras la derrota demócrata en las elecciones al Congreso de noviembre, y lograr apoyos para aprobar un presupuesto de 3,7 billones de dólares frente a la resistencia republicana.
Los periodistas de la Casa Blanca desplazados a California no lograron la imagen más esperada, ver a Steve Jobs a su llegada a la cena, que se celebró en la casa del inversor John Doerr, una vivienda aislada en la acomodada zona de Woodside.
Hoy, viernes, el presidente terminará su viaje de dos días a la costa oeste con una visita a una fábrica de semiconductores de Intel en Oregón.
Fuente | Ciberp@is.com
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