martes, 24 de noviembre de 2015

La historia del virus Jerusalem

Un viernes 13 no pasa de otro día del calendario, quizá para los más supersticiosos en la cultura occidental sea un día abonado a la mala suerte, y para los más cinéfilos un recordatorio de las sagas de terror protagonizadas por Jason. Nosotros vamos a tratarlo como el virus informático que fue, el primer gran virus de la historia.


Ocurrió un día del mes de octubre de 1987, la Universidad Hebrea de Jerusalén alertaba de lo que pasaría a llamarse el virus Jerusalem (o Jerusalén) o al que por motivos que ahora contaremos se le definió más tarde como el virus Viernes 13. Ese día y en ese momento se comunicó que tras la detección se había conseguido “aislar”, aunque la realidad y la falta de experiencia anterior produjo una expansión masiva.
Para entender la importancia de lo que estaba a punto de ocurrir hay que recordar el momento, la fecha de su aparición y los sistemas y potencia de la época, se trataba de la primera vez que el mundo tenía constancia a nivel masivo y popular de que un ordenador podía llegar a infectarse.

Jerusalem, el virus “orgánico”

Historia del virus Jerusalem (o cómo un viernes 13 se infectó el mundo entero)
Concepto virus. Imagen: Rafal Olechowski / Shutterstock
Jerusalem se auto instalaba en la memoria RAM de los equipos, lo hacía tomando el control de las interrupciones en una franja determinada: entre las 08:00 y las 21:00 horas. Es en ese momento donde el virus infectaba los archivos .exe y .com. De esta forma, si un usuario abría un archivo, el virus se instalaba en el mismo, además lo haría aumentando el peso del archivo en 2 KB.
Pensemos el gran problema que se producía en un equipo de la época. Si cada vez que se abría un archivo este crecía 2 KB, había un momento en el que el SO MS-DOS quedaba saturado, incapaz de controlarlo. La razón es clara, a finales de los 80 y principios de los 90 una memoria RAM de usuario no pasaba de los 640 KB, además los discos duros rondaban entre los 20 y los 30 MB.
Ese año, en 1987, la Universidad Hebrea de Jerusalén lo llegaría a aislar. Dijeron que lo habían descubierto por un fallo en su propia estructura cuando el virus no podía detectar los archivos exe donde ya se había instalado, lo que producía que lo volviera a intentar una y otra vez en bucle, volviendo a infectar el mismo archivo en cuestión.


En cualquier caso, en ese momento no se pensaba que fuera un virus devastador, atacaba y ralentizaba los equipos, pero no se tenía constancia de otro tipo de ataque más letal. No era así evidentemente, Jerusalem era realmente un producto muy similar a un virus orgánico, donde su efecto necesita de un tiempo de “incubación”, en este caso hasta el año siguiente, un 13 de mayo de 1988.
La realidad es que Jerusalem había sido creado para eliminar todos los archivos que había infectado anteriormente. El problema se hizo una bola gigante ese 13 de mayo de 1988, ya que la Universidad Hebrea pensaba que lo había desactivado con uno de los primeros antivirus que se dieron, creado además por la propia universidad.
El virus fue más rápido que la “vacuna”, se auto-reprodujo muy rápido y junto al total desconocimiento que se tenía entre los usuarios sobre la necesidad de protección ante una posible infección, Jerusalem traspasó fronteras y entró en numerosos equipos en el mundo, lo que significó la pérdida de cuantiosos y numerosos datos e información, tanto de grandes empresas como de usuarios particulares. Un ataque o infección a escala global cuya peor parte se la llevaron Europa, Asia y Estados Unidos. Mientras, en la ciudad de Jerusalén se optó por la medida más drástica, la eliminación de todo archivo que hubiera sido infectado por el virus.

Repercusión en el tiempo

Historia del virus Jerusalem (o cómo un viernes 13 se infectó el mundo entero)
Iconos virus. Imagen: Mamanamsai / Shutterstock
Con Jerusalem (Viernes 13 en el tiempo), se impulsó toda una nueva industria para ofrecer respuesta a un nuevo tipo de ataque tecnológico, las empresas de antivirus florecieron tras su aparición. También fue el precursor de un gran número de variantes, hoy algo habitual, pero en ese momento toda una revelación. Con el virus se crearon “versiones” que tomaban el avance de las nuevas tecnologías y los nuevos ordenadores para adaptarse a los mismos y ser aún más dañinos.
Reino Unido y España fueron dos de los sitios más afectados. En España en particular, ya que se daba la circunstancia de que los disquetes eran la fórmula por defecto para intercambiar información. Esto produjo que en 1989 la revista Amstrad User, una de las pioneras en en el país sobre informática, difundiera el virus (sin saberlo) a través de un disquete de utilidades shareware. Lo que acabaría llevando al cierre de la editorial junto a la infección de cientos de usuarios en España.
El mismo Viernes 13 fue una de esas versiones mejoradas que cada día 13 del mes eliminaba todos los archivos infectados, lo que producía el terror para muchos usuarios esperando a que el siguiente mes su equipo no hubiera sido afectado. Además, aumentó el ataque a las extensiones .OVL, .SYS, .BIN y .PIF. Viernes 13 fue también de alguna manera el primer virus “famoso”, con él entraron en juego los medios de comunicación, ávidos de noticias en el sector y fascinados por la naturaleza y poder de un virus.
En cuanto al nombre y su autor, no está muy claro, aunque se cree que el virus Jerusalem original fue creado por un desarrollador israelí para celebrar el 40 aniversario de la creación del estado de Israel.
Historia del virus Jerusalem (o cómo un viernes 13 se infectó el mundo entero)


Vía | Gizmodo español

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