martes, 24 de noviembre de 2015

Crucero para Nomadas digitales.

El crucero de nómadas digitales que irá de Gran Canaria a Brasil. 

Han sido 236 €, que entre 9 sale a 26,22 € al día, alojamiento, comida y traslado incluidos. Internet sí será caro – 72 € por dos horas – pero no pasa nada: aprovecharán para hacer desintoxicación digital y trabajar sin distracciones. Dice un amigo que un crucero debe de ser uno de los mejores sitios del mundo para programar y yo digo que para escribir: es barato, te lo dan todo hecho, te aísla del ciclo correo-Facebook-Twitter-Slack y vuelta a empezar y te permite conectarte sólo para lo justo, esto es, subir el código o consultar referencias.
Johannes Voelkner es alemán, vive viajando y hace WebWorkTravel, uno de los mayores grupos de nómadas digitales que hay. Vio la oferta Gran Canaria – Brasil en Pullmantur y la compartió en Facebook. “No hice mucho marketing. Veinte amigos míos lo compraron de inmediato y ahora somos más de 150”, cuenta. “Era una buena forma de ir a Sudamérica y conocer gente. Lo dejé ahí, funcionó y ahora quiero hacer algo más grande”.
Por algo más grande, Johannes se refiere a los días previos de encuentro en la isla, adonde han ido los asistentes, a las actividades del viaje y a los planes que surjan después. Viajarán del 18 al 26 de noviembre: una vez allí volar de vuelta es caro y además será verano, así que Río, Buenos Aires, Perú o Colombia suenan como opciones para continuar. El día que charlamos, Johannes aún estaba en su anterior localización: Tarifa, que es, junto a Gran Canaria, un conocido destino para quienes combinan trabajo online, vida y viajes, o eso que llaman nomadismo digital.
Tarifa
Poco a poco, sin hacer demasiado ruido, España se está convirtiendo en uno de los lugares favoritos de las comunidades de nómadas, que comparten experiencias e información útil en sitios como WebWorkTravel o Nomadlist. En segundo lugar, por detrás de Chiang Mai – una ciudad de templos y monjes budistas al norte de Tailandia llena de backpackers -, Las Palmas de Gran Canaria abre desde hace pocos meses la portada de esta web, que analiza las mejores ubicaciones para mudarse en función del coste de vida, clima, limpieza del aire, diversión, seguridad y velocidad del wifi.
“Empieza a venir más gente a Las Palmas por eso”, cuenta Carlos Hernández, que vive en la isla, es fundador de Quaderno y organiza desde hace meses el meetup de nómadas Digitales. “Para mí, hay un antes y un después de Surf Office – el sitio en el que por 50 € diarios tienes habitación, oficina y playa a tres minutos andando que montó en 2014 Peter Fabor, un diseñador eslovaco y que ya ha replicado en California y Lisboa. Promocionó la ciudad entre los nómadas. Funciona muy bien como catalizador”.
Como Surf Office, Tarifa cuenta con su coworking particular: Workation Camp, que aunque en la web aún sólo da precios de oficina (15 € al día / 180 € al mes) y consejos de alojamiento, pronto incluirá hostel. Hay casi mil personas en el grupo Tarifa Digital Nomads de Facebook.
“Hemos alquilado varios apartamentos para que puedas quedarte y trabajar”. La iniciativa es, también, de Johannes.
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Aunque a veces se parezca, el perfil del nómada no es el de mochilero: no trabaja durante un tiempo, ahorra, viaja y vuelve, sino que lo hace todo a la vez.
“Son freelances o empleados en remoto de tecnológicas. Y el 50% son emprendedores independientes de la localización: tienen su propio negocio, sin oficina y trabajan desde cualquier sitio”, cuenta Johannes. “Hay gente de SEO, traductores, asistentes virtuales, que tiene agencias y hacen marketing como contractors (una figura inglesa a medio camino entre el freelance y el empleado, en la que una empresa contrata los servicios de alguien independiente para un proyecto, muy popular en tecnología)”, continúa Carlos. Otro dato: apenas hay españoles. “Y lo menos frecuente es gente que viaje sólo por viajar”.

Por los siglos de los siglos, países y ciudades se han preguntado cómo atraer turismo y economía a sus territorios. Últimamente, además, buscan talento digital: una variable que aparece en cualquier análisis o promoción sobre el “estado tecnológico”. El “viejo mundo”, explica Andrés García, que asesora a agencias de atracción de inversión, quería que las multinacionales abrieran en el país para crear empleo y ecosistema económico (piensa en el ejemplo de la automoción en España: una gran empresa hace de tractora del sector). Pero con la caída de barreras para crear tecnología, usarla y vivir de ella desde donde sea, ser atractivo como destino depende de muchas más cosas.
“Es más fácil saber qué necesita una gran empresa, porque son menos y más conocidas. Pero en un mundo amplio, donde los proyectos son más pequeños y vienen de cada vez más países de origen, es difícil posicionarte. Hay listados de ciudades atractivas para startups. Pero eso es modelizar una realidad compleja”, dice. “Proponemos a los territorios especializarse: posiciónate en agrotecnología o tecnología aplicada al turismo. Las agencias lo ven como renuncia (si me especializo en una cosa pierdo otras). Y acabas con un modelo en el que todas las regiones intentan venderte de todo”.
En algunas ciudades, véase Londres o Barcelona, el lado público ha entendido bien qué hace falta – teorías como las de Richard Florida, editor de Citylab de The Atlantic, que dice que las regiones más prósperas serán las que atraigan, produzcan y retengan talento y a las que se critica por acarrear problemas de elitismo y desigualdad – y lo ha aplicado. Tech City London o Barcelona Activa son buenos ejemplos.
“Barcelona está a años luz de cualquiera de España y entre las mejores de Europa. Las cosas no pasan porque sí: la estrategia está trabajada”. Por alguna razón el famoso “ecosistema” dobla al de Madrid, que aunque ha intentado cosas (viveros, pero en las afueras; un coworking, pero sólo para extranjeros) se ha quedado a medias.
Con datos de Teleport, una web que te dice cuál es la mejor ciudad para vivir y trabajar según tus preferencias (de clima, salud, coste de vida, transporte público, mercado de trabajo o comunidad startup), Andrés preparó informes comparando la “marca” de las ciudades en el sur de Europa. “Teníamos estadísticas de a cuánta gente le salían ciudades españolas en el top 10. Lisboa tiene el doble de posibilidades de salir que Madrid o Barcelona. Pero mirando cuánta gente hace click en cada una, Barcelona ganaba: el doble de gente quería más información de allí que de Lisboa o Madrid”.
La marca de Barcelona – que en turismo es un inconveniente – es superior: además de hacer cosas, las ha contado.
Uno de los espacios públicos que deja Barcelona para startups
Ni en Tarifa ni en Gran Canaria hay iniciativa pública para que el talento que llega se quede – lo que en Estados Unidos llaman economic gardening, que más que hacer esfuerzo de atracción es cuidar lo que ya tienes – “pero por otro lado”, reconoce Carlos, “es mejor que no la haya. Además, distinguiría entre el crear ecosistema para startups que hacen todas las ciudades de Europa con lo que está pasando aquí. La gente no viene a montar su empresa, sino a pasar una temporada”.
Sea económico, turístico o ambas dos, que haya nómadas digitales es interesante para una ciudad. “No es turismo agresivo, se mezclan con la población y consumen un montón”, continúa. “La experiencia es tan buena que algunos se quedan durante una larga temporada, muchos repiten, corren la voz y cada vez llegan más. El proceso es de abajo arriba, orgánico, bocaoreja. Si te pasas haciendo promoción la gente huele que es falso. Chiang Mai es famoso y hay tanta gente porque cada vez hay más nómadas y hacen que vayan más: es un pez que se muerde la cola. En Las Palmas empieza a pasar eso. Aprovechando el crucero, mi intención es enseñar a toda la gente las oportunidades de alojamiento, coworking y fiesta que hay. Porque repetirán”.
En Tarifa, a la vuelta del crucero y del verano austral, Johannes tiene el mismo plan. Además de continuar con el comercio online que le paga las facturas y llevar la web y la guía de viaje para nómadas, promoverá Workation Camp.
“Hay mucha gente, es barato, es una ciudad bonita, estamos cerca del Mediterráneo, de Marruecos… Es genial”, considera. “No hay un hub para nómadas digitales en Europa – los destinos más populares están en Asia y Sudamérica – así que la idea es convertir a Tarifa en ese lugar”. O lo que es lo mismo, concluye Andrés: si eres un país al que vienen 70 millones de extranjeros al año y ya hay quien conoce parte de tu oferta (el sol y la playa), “haz un esfuerzo por explicar que aquí también se pueden hacer otras cosas”.

Vía | lia.do

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